domingo, 8 de noviembre de 2015

Proclamar transparencia, y otra vez transparencia (1-2)


           
Por: Lic. Julio César Concepción Rodríguez, MBA.,

Mail:jcconcepcion@yahoo.com

En sentido figurado, el término "transparencia" es utilizado para caracterizar una práctica social guiada por la sinceridad y por la perfecta o casi perfecta accesibilidad a toda la información vinculada, y que concierne e interesa a la opinión pública, o a un sector de la misma, o incluso a un solo individuo. O sea, es la preocupación por explicar, por hacer comprender, por reconocer errores o mala praxis.
El objetivo primario de la transparencia, es el de establecer una relación de confianza entre quien pide o exige la transparencia y quien la da, y se opone al concepto de oscuridad.



La transparencia como principio consiste en respetar y vigilar la publicidad de los actos, resoluciones, procedimientos y documentos de la Administración, así como la de sus fundamentos, y en facilitar el acceso de cualquier persona o entidad  a esa información, a través de los medios y procedimientos que al efecto establezca la ley.

Para prevenir actos de corrupción debemos destacar que es una responsabilidad y obligación de cualquier gobierno la de rendirles cuentas a sus ciudadanos de todos los actos que protagonicen y decisiones que implementen en el ejercicio de su poder, especialmente en lo concerniente al destino del dinero público, aquel que se recauda del pago de impuestos, verbigracia  para así evitar corrupción.
Como sabemos, la corrupción es una problemática que ha ido creciendo en casi todos los gobiernos del mundo. Desde mandatarios, pasando por funcionarios de primera línea y hasta secretarios suelen aparecer involucrados en casos graves de corrupción y que en algunos casos hasta trastornando la gobernabilidad del país en cuestión.
La falta de efectividad de los organismos de fiscalización que ejercen el control, porque son cooptados por las autoridades de turno, es una de las razones más corrientes que contribuyen al avance de la práctica de la corrupción.
Ahora bien, afortunadamente, los ciudadanos, se están involucrando cada vez más en el tema y demandan de sus gobernantes más transparencia, por ello es que hay gestiones que aspiran ha ser renovadas pero la ciudadanía que no ve con buenos ojos la transparencia que han tenido en su administración terminan castigándolos retirándoles su voto en las elecciones. Lo que queremos significar con esto es que esta es la principal y gran herramienta de que dispone el sistema democrático para combatir este flagelo.
Podemos destacar que la democratización de las compras públicas ha sido un paso trascendente, y  muy eficaz y oportuna para seguir promoviendo  transparencia. El escándalo de corrupción que ha estallado en la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE) y otras denuncias que han salido a la luz publica, tienen que ver con las insuficiencias de la gestión de los organismos fiscalizadores en el proceso de pagos y demás, aprovechadas por inescrupulosos para introducir acciones  deshonestas paralelas al mecanismos preconcebido.

Es importante que el Gobierno ponga en funcionamiento en toda su extensión el Portal Transaccional, que ha estado operando de modo experimental, donde los proveedores tienen acceso y pueden vigilar el proceso, y que la Contraloría General de la República monitoree las gestiones del trámite para agilizar los pagos. El acceso a los proveedores a este portal les permitirá incluso, impugnar el proceso si sospechan de cualquier irregularidad, sin dudas constituye un paso importante hacia el fomento y fortalecimiento de la transparencia.
Los integrantes del sistema de veeduría deberán estar atentos para que actúen con firmeza, sin temor y denuncien las acciones malsanas que detecten en los procesos de compras y contrataciones públicas o cualquier otra operación financiera estatal, a fin de contribuir con el fortalecimiento de la transparencia.
La transparencia mejora la calidad de vida del ser humano. Cuando una persona tiene acceso a la información pública, ésta puede aprovechar dicha información en favor de su propio desarrollo. La transparencia es el derecho a la información pública en acción, reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos emitida en 1948 por la Organización de las Naciones Unidas, además de que es un derecho Constitucional, se convierte en un verdadero beneficio social cuando los gobiernos transparentan sus acciones ante los ojos de toda la sociedad.
Este derecho es de tal importancia por permitir que la información deje de ser el privilegio de algunos para convertirse en un bien colectivo, aprovechable por cualquiera. La instrumentación de este derecho también genera una mayor interlocución entre la ciudadanía y el gobierno, misma que impacta de manera muy positiva en la gobernabilidad democrática de las comunidades.
La transparencia genera confianza. Al transparentar la gestión pública, la ciudadanía tiene la posibilidad de conocer la manera en que los impuestos que paga se convierten en bienes y servicios ofrecidos para mejorar su situación personal y comunitaria, así como de contribuir a la eliminación de viejos vicios con su supervisión. Ante estas posibilidades, el ciudadano tiene mayores elementos para confiar en su gobierno y en sus líderes políticos. La transparencia elimina oportunidades de corrupción.
Con la transparencia como práctica gubernamental se reducen sustancialmente las condiciones que propician las conductas ilícitas en la gestión pública ya que con la mera posibilidad de que cualquier persona atestigüe las acciones de su gobierno se genera mayor honestidad y rectitud en el comportamiento de las personas involucradas en su operación. Esta reducción de las oportunidades de corrupción también permite aprovechar todos los recursos que pudieren perderse por estas prácticas, en beneficio de la colectividad.
La transparencia contribuye a la mejora administrativa. El ventilar la administración pública ante el escrutinio social brinda la oportunidad de que se identifiquen áreas de mejora de la gestión gubernamental no antes vistas por los servidores públicos involucrados. Asimismo, el abrir las ventanas de la administración y el exponer sus acciones a los ojos de todos suele generar una dinámica de autocontrol y mejora continua a la administración, lo cual, a su vez, contribuye, a un aprovechamiento más eficiente de los recursos públicos.
La rendición de cuentas y la transparencia son dos componentes esenciales en los que se fundamenta un gobierno democrático. La transparencia abre la información al escrutinio público para que aquellos interesados puedan revisarla, analizarla y, en su caso, utilizarla como mecanismo para sancionar.  Debe transparentarse para mostrar su funcionamiento y someterse a la evaluación de los ciudadanos.

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