martes, 23 de noviembre de 2010

FREDDY BERAS GOICO


FREDDY BERAS GOICO
“Vivo creyendo que es el día final”
EN EL SEPELIO DE FREDDY LEYERON LA ORACIÓN QUE ÉL ESCRIBIÓ EN 1984 PARA REFERIRSE A LA MUERTE

Gente. Freddy Beras Goico (1940-2010) fue despedido el domingo por familiares, amigos y el pueblo en general.

Santo Domingo.

En 1984 Freddy Beras Goico ya era un afamado artista, interesado en llevar cada uno de sus proyectos hasta los más altos niveles de calidad.

Su comportamiento vertical y sus innovaciones escénicas lo hacían merecedor del mayor de los aplausos.

En ese año hizo uso de sus dotes de escritor para compartir con el público, desde las páginas de la revista Escala de LISTÍN DIARIO su “Oración al hombre común”. La comunicadora Amarilys De los Santos guardaba un ejemplar amarillento de la publicación y lo leyó el pasado domingo en el Cementerio Puerta del Cielo, para recordarle al pueblo las únicas preocupaciones que Freddy veía en la muerte.

Oración al hombre comúnTan sólo me preocupa/ que cuando me despida de mis días para siempre alguna huella quede/ que me puedan nombrar sin poner caras feas/ que si hay alguna huella sea sólo de tristeza,/ y si hay una sonrisa sea de satisfacción. /Que esa huella la pisen con sencillez y orgullo los que tengan mi sangre o el que por mí lloró.

Tan sólo me preocupa/ que cuando me despida de mis días agotados / que ya descanse en paz / no haber sido ventisca que pasa y nada más / ni huracán indolente, arrogante y voraz. /Que yo haya sido brisa portadora de polen, / que hayan nacido rosas de mi lento soplar.

Tan sólo me preocupa, cuando no vuelva nunca, / haber actuado siempre de forma vertical/ sin importar más nada que la consciencia limpia,/ sin manchas en las manos, sin noches mal pasadas,/ sin ofensas a hermanos, sin sangre coagulada./ Poder escribir siempre donde nadie me vea/ tragar en seco la palabra “moral”./ Que mi nombre no encuentre cuando yo dé la espalda/ ni un índice terrible que lo pueda acusar.

Tan sólo me preocupa, cuando me vaya un día/ (porque voy a irme un día, no sé cuándo va a ser)/ haber pagado deudas, apretado mil manos/ abrazado mil pechos que no se han corrompido/ buscando razones para dormir deudas.

Tan sólo me preocupa,/ cuando la luz me falte/ que mi nombre sea orilla/ que nadie me recuerde obstruyendo un camino o cerrando un canal/ a menos que los mismos canales y caminos/ hayan servido siempre para el vicio y el mal.

Tan sólo me preocupa, si me sorprende el viaje/ no lamentarme nada cuando no pueda hablar/ que mis ojos se cierren cuando les de la gana/ y en mi consciencia no haya nada que lamentar.
Por eso mejor siento que voy muriendo a diario./ Vivo creyendo siempre que éste es mi día final/ como el sol en la tarde, como la lluvia clara/ como el carro que pasa o la hoja que cae/ como la mariposa o el perro de la calle/ o el niño o el mendigo que vienen siendo igual.

Quiero morirme a diario cual todas estas cosas/ por eso a diario vivo cual si fuera el final/ y vivo siendo huella, y faro, y niño, y lluvia, y sol, y noche, y bruma, y grito y llanto y cuna. Quisiera ser de todo que sirva a los demás/ porque sé que una tarde, de manos de la vida/ caminaremos juntos sin mirar hacia atrás./ Y volverá la vida convertida en rutina/ y de esa caminata no volveré jamás.

Hazme vivir a diario, Señor, pero sabiendo/ que es la última vez que estoy viviendo y es/ el ultimo viento que voy a respirar.

Y a ti ¿qué te preocupa?/ ¿Para qué guardas tanto si lo puedes usar/ devolviendo esperanzas a madres abatidas/ o tierra al campesino/ o al obrero oprimido justicia y bienestar? Y a ti ¿qué te preocupa? Para qué escondes tanto si lo puedes usar/ preparando estudiantes para nuestro futuro/ curando alguna llaga, cerrando un corazón/ haciendo que al enfermo llegue la cucharada/ que tiene que beberse y no puede encontrarla no importa la razón.

¿Has visto la mirada de los niños enfermos?/ ¿Ha estado enfermo el tuyo?/ ¿Lo has podido curar?/ ¿Te imaginas la ira que causa el desespero? / ¿la impotencia del padre frente a esa gran verdad? /Has correr la sonrisa. No te la quedes solo/ Déjala caminar/ Qué se te afloje el alma frente al alma que aprietas/ ¿Para qué guardas tanto si nada llevarás?/ Qué sólo te preocupe que el día en que te vayas/ lo hagas con la sonrisa que supiste ganar/ Qué tu único equipaje sea sólo tú conciencia/ y ojalá no te pese/ y te puedas marchar. Y a ti ¿qué te preocupa?