El mundo vive su turbulencia económica o reduce su crecimiento, como China cuya economía se ha desacelerado, mientras los latinoamericanos registramos un crecimiento sostenido en los últimos 25 años, asegura este lunes el periodista Rafael Núñez, director de Prensa de la Presidencia en su artículo publicado en Diario Libre.
SANTO DOMINGO.- En el año 2008 explotó la crisis que se incubó por años en el país centro del sistema capitalista mundial: Estados Unidos de Norteamérica. Primero emergió en el sector financiero. Todo el origen se explica, de acuerdo con los entendidos, en una expansión artificial del crédito, entre otros factores, que generó posteriormente la crisis económica que conocemos hoy, que se expresa en una falta de crédito que afecta a todos los mercados.
La debacle económica mundial, cuyos efectos se sintieron con mayor fuerza en 2009 en República Dominicana (contrario a la criolla de 2003 que fue exacerbada por el mal manejo) tiene sus raíces en los países desarrollados. Las causas de la hecatombe actual no tuvieron su origen en nuestros países, sino en las grandes economías.
Para que se tenga cuenta del huracán financiero que azota la economía global, esta semana que acaba de transcurrir se conoció la noticia de que ocho de los 60 bancos que tiene Europa no aprobaron la supervisión sobre su liquidez, mientras otros 16 apenas pasaron el examen. De los seis, hay dos de Grecia, cuya economía no sale de una especie de tornado financiero; un austríaco, y cinco de España. Los seis que se quemaron en el examen registraron 3,500 millones de dólares por debajo del capital mínimo requerido por la supervisión bancaria.
Estas pruebas a los bancos europeos son necesarias ante la abultada deuda soberana en la que ha incurrido la mayoría de las economías Europeas, en el marco de una recesión en la zona, caracterizada por una contracción del crecimiento en más de 4 puntos de lo pronosticado por la Unión Europea. La noticia, dada este viernes, produjo una caída de las bolsas en los mercados europeos, combinado estos factores con la incertidumbre en los Estados Unidos de si el gobierno Federal se declara en bancarrota por el tema del presupuesto y, con él, del posible incremento en el tope del endeudamiento, intención que el gobierno de Barack Obama impulsa con la oposición firme de los republicanos. Lo que se observa es que dos de las más importantes locomotoras económicas del mundo, Estados Unidos de Norteamérica y la Eurozona, no tienen estabilidad financiera.
Si echamos una mirada hacia el Medio Oriente y el norte de África, es decir, Marruecos, Bárein, Yemén, Argelia, Túnez, Siria, Libia y Egipto, vemos que estos movimientos sociales tienen un ingrediente esencialmente político, pero que se convierten en problemas económicos, porque muchos de los países en conflicto son productores de petróleo, lo que ha provocado incrementos de los precios en el mercado internacional.
Así está el mundo, hoy lunes 18 de julio. Mientras esas cosas ocurren en Europa, Medio Oriente y en norte de Africa, América Latina luce tranquila en el plano económico, mientras República Dominicana goza de una estabilidad de su economía que la semana pasada la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) pronosticó el crecimiento de 5% del Producto Interno Bruto, mayor que el promedio estimado para la región, que es de 4.7 por ciento.
Nuestra región, y República Dominicana, tienen otros desafíos. Por primera vez en muchos años, el mundo vive su turbulencia económica o reduce su crecimiento, como China cuya economía se ha desacelerado, mientras los latinoamericanos registramos un crecimiento sostenido en los últimos 25 años.
La CEPAL sostiene en su informe 2010-2011 sobre República Dominicana que "la expansión de 2011 permite mantener la recuperación iniciada en el segundo semestre de 2009, tras la crisis internacional, y se basa en gran medida en el impulso del consumo privado, explicado por la mejora de los indicadores laborales y el aumento del crédito".
La semana anterior concluyó con el anuncio del gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, con relación a la aprobación de la Carta de Intención por parte del Fondo Monetario Internacional, lo que garantiza la estabilidad relativa de la tasa de cambio y de la macroeconomía, además de ingresos a la economía local por lo que resta de año de 1,100 millones de dólares. A eso se agrega que el visto bueno a la sexta revisión del Acuerdo Stand-By viabiliza la colocación de 500 millones de dólares en bonos, ya aprobados por el Congreso Nacional.
¿Cómo es, pues, que mientras las grandes economías no salen del tornado económico en el que entraron en el 2008, la dominicana envía signos de estabilidad, confianza y crecimiento, sin que tengamos las riquezas que exhiben otras en el continente? Eso se debe al manejo prudente y acertado que el presidente Fernández y su equipo económico han dado a la crisis, cuyas causas son externas.
Como no hay razones económicas para atacar al gobierno del presidente Leonel Fernández, el partido opositor, valiéndose de aliados en los medios de comunicación, se lanzaron hace un tiempo a querer desprestigiar la figura del Presidente de la República. La intención es clara: Agrietar su imagen con campañas de todo tipo, articulando manipulaciones groseras en espacios mediáticos con intereses definidos, con el fin de desdibujar la figura del mandatario y, al propio tiempo, invalidar la gran obra que ha realizado en estos siete años de gobierno.
Un ejemplo de lo que sostengo se puede ver en lo siguiente: Los ataques al Presidente de la República se fundamentaban, hace algunos meses, en que tenía intenciones de reelegirse. Que todo lo que hacía Fernández iba dirigido a buscar una tercera postulación a la Presidencia. Bajo ese argumento se tejió todo tipo de bellaquerías, de manipulaciones groseras y tratativas diseñadas hasta en el exterior, que no son de ahora.
Cuando el jefe de Estado anunció su declinación, la emprendieron contra la Primera Dama, doctora Margarita Cedeño de Fernández. Ante los hechos inesperados de las dos declinatorias, los ataques orquestados mediáticamente desde tribunas que dicen ser independientes, son más sistemáticos.
¿Cuál es el fin?
Que la gran impronta de siete años de gobierno, el gran liderazgo del presidente Fernández y la popularidad de la Primera Dama, queden aniquiladas, de manera que no influyan en la que debe ser la quinta victoria de las fuerzas boschistas.
De acuerdo con los planes de esos sectores, hay que armar un panorama sombrío y colocar las causas exógenas de esta crisis, como si sus efectos tuvieran facturas del gobierno de Fernández. Pero mucho más importante para ellos es disminuir el activo más importante con que contamos: Leonel Fernández.
Cierto que tenemos muchos desafíos como gobierno, y lo seguiremos teniendo, pero nadie en la oposición puede mostrar una obra de gobierno como la ejecutada por Leonel Fernández, y mucho menos asegurar mejor manejo de la economía en tiempos de crisis.
El que podamos hacer que la población perciba esto, depende del equipo gobernante, entre los que me cuento. No importa que nuestros adversarios políticos tengan algunos aliados circunstanciales, que actúan como la gatita de María Ramos. La quinta victoria política el año que viene, depende de nosotros mismos. El plan de los contrarios lo sabemos, ¡marchémosle!...Y ganemos.
De RAFAEL NÚÑEZ
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