Por July Lopez.
El pasado lunes 21 de junio, un grupo de hombres y mujeres de muy buena voluntad, se unieron para defender con altura y diginidad la patria chica de Pedro Mir, René del Risco, José Hazím Azar, Pedro Justo Carrión y muchos otros que dejaron grabados sus nombres con letras indelebles en las páginas amarillentas de nuestra rica historia provincial.
Los periódicos y revistas de San Pedro, los videos de la televisión local y las grabaciones de programas especializados de la radio petromacorisana, recogen desde hace varios años, el reclamo constante de los habitantes de esta tierra para unificarse criterios para reclamar las obras que requiere la Sultana del Este para su desarrollo sostenible.
La naciente Fundació Unidos por San Pedro de Macorís, viene a servir de herramienta para hacer realidad ese viejo anhelo de nuestra población.
En esta Fundación se encuentran miembros de todos los partidos políticos nacionales, profesionales de todas la áreas, seguidores de las diferentes denominaciones religiosas, obreros, empresarios, chiriperos, juntas de vecinos, comerciantes, en fin todas las fuerzas representativas de la comunidad Petromacorisana.
A mi entender, es uno de los pasos mas trascendentales que hemos dado como provincia con la intención de que este pueblo que tanto queremos, alcance la cúspide del desarrollo, que logre explotar sus potencialidades y dinamice su economía.
Se ha dicho en múltiples oportunidades, que cuando un pueblo decide ser el arquitecto de su propio destino, no hay forma de cambiarle el rumbo.Y yo agrego, si ese mismo pueblo cuenta con la gracia de Dios, el éxito está asegurado.
Tengo mis esperanzas puestas en que la Fundación Unidos por San Pedro de Macorís, trazará con atinada determinación, el futuro luminoso que nos espera como pueblo y tengo la Fe puesta en que Dios sabrá iluminar la mente de cada hombre y mujer que se abrace a este propósito.
Repito aquí lo que dije en la juramentación del Consejo Directivo de la Fundación: ESTA ES LA TABLA DE SALVACION DE SAN PEDRO, NOS ABRAZAMOS A ELLA O NOS HUNDIREMOS COMO PUEBLO.
