domingo, 4 de enero de 2009

Israel Mazara: una corta vida de padecimientos, amarguras, incertidumbre y resignación.

DE INTERES

Por Francis Aníbal.
SAN PEDRO DE MACORIS. El nombre de Israel Mazara es sinónimo de padecimientos, amarguras, incertidumbre, pero también resignación, luego de pasar varios años de su corta vida sufriendo una enfermedad que, según sus propias palabras, "pronto le llevará a la tumba".
Israel, con a penas 29 años, ha hecho hasta lo imposible por sobrevivir a un cáncer que le afecta desde hace varios años en la uretra y que poco a poco le ha hecho disminuir sus posibilidades de vida, a pesar de su deseo de vivir.
"Lo que más me preocupa ahora es dónde dejar a mis hijos Junior y Haspel Israel, quienes sólo dependen de mi", nos dice Israel con voz entrecortada, pero con una valentía extrema, ya que una sola gota de lágrima no derramaron sus ojos mediante la conversarion que nos caló el alma hasta lo más profundo.
Con su contextura física disminuida por los efectos del cáncer y su rostro pálido, Israel Mazara nos dice que contrajo el cáncer hace varios años y que en una ocasión logró que le operaran en la Clínica Sanz Jiminian de Santo Domingo, pero debido a sus escasos recursos no pudo seguir el tratamiento, hasta que la enfermedad resurgió.
Nos cuenta que su vida ha sido de fuertes golpes, uno tras otro.
Primero pierde a su madrastra, Cristobalina Mazara, el 22 de Abril de 1991, cuando se produjo la inundación de la cañada del barrio 24 de Abril en San Pedro de Macorís, donde murieron otras 11 personas.
Luego, el 24 de Febrero de 1994 su padre, Martín Pérez Mejía, se suicidó en Santo Domingo.
En ese entonces Israel fue dejado con una madrastra, antes de Cristobalina, de la que dice recibía maltratos, por lo que decidió separarse de ella.
De su madre real, nos cuenta que le conoció después de estar grande, pero que ésta le rechaza, ya que le dice que le recuerda a su padre, con quien tuvo grandes diferencias hasta el punto de separarse. Así las cosas, Israel procrea sus dos hijos con una mujer, la que luego cayó presa en Santo Domingo, al matar a otra mujer de la que supuestamente se defendió de una agresión.
Ahora, ante la situación que le abate, Israel, con una valentía inigualable, dice estar seguro de que ya no va a poder combatir su enfermedad, ya que sangra constantemente hasta el punto de sentirse que le faltan fuerzas debido a la falta del flujo sanguíneo y la imposibilidad de evitarlo.
Nos dice que actualmente hace diligencias con la finalidad de que sus dos hijos queden en buenas manos en caso de.................................
Escuchar a Israel, narrando su triste historia, hace a cualquiera "engrifarse los pelos", como se dice popularmente, debido a su valentía y resignación para enfrentar su triste situación.
Con su contextura cada vez más disminuida, la que se nota mayormente en su rostro desnutrido, sus palabras que revelan la gran resignación de que va, sin dudas, a una muerte segura, nos dice que una vez haya sucedido lo peor, sus hijos deberán quedar en buenas manos, ya que hace diligencias con ese propósito.
Nos cuenta que su verdadera madre no le dejó nisiquiera conocer a sus hermanos y de Cristobalina Mazara conoce a escasos familiares, pero que no desea convertirse en una carga más de la familia de ésta.
En un cuartito prestado, en el barrio Villa Esperanza o La Puerta en Santa Fe, Israel Mazara espera lentamente el final de sus días junto a sus hijos pequeños, en una de las más tristes historias de las tantas que afectan a seres humanos.
"Por favor Francis, estos son mis hijos, donde quiera que estén luego de mi desaparición, una vez pase el tiempo, hazle saber que los quise mucho y que si no hice más por ellos fue porque la vida se me fue sin yo quererlo........... porque cuánto no quise haberlos visto grandes y sin embargo, esta enfermedad, quizás, no me lo permita", nos dice Israel, para luego marcharse lentamente a pie, toda la avenida Independencia, contando con que alguien pueda darle "una bola", en horas de la noche, hasta su cuartito prestado de la parte Este de San Pedro de Macorís.
Esta se trata de una historia real, sufrida, en diferentes formas por tantos seres humanos en todo el globo terráqueo, como la que pasó Jesucristo en la Vía Dolorosa, hasta conseguir la muerte de manos de sus verdugos en la Cruz del Calvario.
Cada día Israel camina por las calles de San Pedro de Macorís en busca de ayuda para alargar un poco más sus días y dar de comer a sus hijos hata que pueda tener un álito de vida.
Recomendacion del editor de esta web, Israel pon tus problemas en manos de Dios que el es el unico que puede darte fortaleza en este momento de sufrimiento, confia en el que tu al igual que todos tenemos la oportunidad del milagro. Amen.