Por Ivàn Santana.
Es lamentable y da mucha pena que la Confraternidad de Iglesias Evangélicas de San Pedro de Macorís no esté jugando su rol frente a la sociedad, la cual espera que esta tenga una mayor presencia.
Es lamentable y da mucha pena que la Confraternidad de Iglesias Evangélicas de San Pedro de Macorís no esté jugando su rol frente a la sociedad, la cual espera que esta tenga una mayor presencia.
Esta entidad no sólo está llamada a trabajar en lo espiritual, sino en la parte social y comunitaria, dándole apoyo a la población ante cualquier inconveniente.
Esta entidad religiosa desde hace muchos años le ha estado dando la espalda y no ha querido hacerle frente a los acuciantes problemas que afectan a la sociedad.
Al parecer sus directivos entienden que sólo están llamados a trabajar dentro del ámbito religioso, pero es un grave error, ya que los evangélicos están para servir a la comunidad en diferentes aéreas.
La Confraternidad de Iglesias Evangélicas sólo se mantuvo activa haciendo sugerencias y llevándole orientaciones a la ciudadanía cuando estuvieron dirigiendo esa entidad como presidente, German Belliard, Víctor Antonio Jarvis, Rafael Rojas, Ángel Otero, Abrahán González y Santo Pastor Santana.
En esa ocasión esta entidad era la voz autorizada del pueblo cristiano y de la comunidad, la cual gozaba de gran aprecio y respeto.
En la actualidad prácticamente solo queda el nombre, ya que no participa en nada a favor de la población y sólo se ha mantenido haciendo algunas actividades dentro del ámbito religioso.
La comunidad cristiana espera que la Confraternidad de Iglesias Evangélicas se levante y vuelva a ocupar su espacio dentro de la sociedad petromacorisana.
Los evangélicos además estamos llamados a trabajar fuera de las iglesias, a darle apoyo a las entidades sociales, comunitarias, deportivas y de otra índole, ya que de esta forma también agradamos a Dios.
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