lunes, 16 de septiembre de 2013

Alaridos de guerra o de Exculpación



Por: Lic. Julio César Concepción Rodríguez, MBA.


La corrupción corroe, destruye los principios, los valores y las reglas del juego. Y ese es uno de los grandes retos que tiene nuestra sociedad, el combate efectivo de la corrupción se necesita la colaboración de todos, el respaldo de cualquier decisión cuando se trate de reprender esa esfera en la que se mueve el carruaje de la purulencia.

Después de las declaraciones de marras y desacertadas de la presidenta de la Cámara de Cuentas, cito “Con los recursos que se distraen a través de las distintas instancias del Estado se podrían hacer dos República Dominicana” Indicó también, que la fiscalización que realizan en la Cámara de Cuentas “no la quiere nadie, porque no hay una cultura de rendición de cuentas en el país, como en muchos otros países” termina la cita. Resulta cuesta arriba no acordarles lo que dice la Constitución de la República y la Ley 10-04.

La Constitución de la República en su artículo 248.- Dice “La Cámara de Cuentas es el órgano superior externo de control fiscal de los recursos públicos, de los procesos administrativos y del patrimonio del Estado. Tiene personalidad jurídica, carácter técnico y goza de autonomía administrativa, operativa y presupuestaria. Estará compuesta de cinco miembros, elegidos por el Senado de la República de las ternas que le presente la Cámara de Diputados, por un período de cuatro años y permanecerán en sus funciones hasta que sean designados sus sustitutos”

Con estas manifestaciones se olvida de las ordenanzas que les impone la Ley 10-04, que es bastante clara, cuando dice “Que la Cámara de Cuentas, es el órgano superior de control externo de los recursos públicos de la República Dominicana”. De igual modo reproducimos de forma intacta el artículo núm. 1 de la citada ley: “La presente ley tiene por objeto establecer las atribuciones y competencias de la Cámara de Cuentas, instituir el Sistema Nacional de Control y Auditoría, armonizar las normas legales relativas al citado Sistema identificar las instituciones responsables de aplicarlas y jerarquizar su autoridad, facilitar la coordinación interinstitucional, promover la gestión ética, eficiente, eficaz y económica de los administradores de los recursos públicos y facilitar una transparente rendición de cuentas de quienes desempeñan una función publica o reciben recursos públicos”.

El organismo que debe presentar al país la rendición de las cuentas nacionales a través de la Cámara de Diputados, ha hecho un acto de exculparse y/o liberarse de la responsabilidad que descansa sobre sus hombros, si como principal órgano del combate al flagelo de la corrupción administrativa que corroe hondamente el desarrollo del país, es esa su posición donde iremos a parar entonces.

La corrupción, es dañina para todos y quién tenga la responsabilidad y pueda controlarla está en el deber y la obligación de hacerlo para que el país pueda avanzar y entrar en el mundo globalizado, competitivo y dinámico, La gente que piensa que con la aplicación de principios éticos y morales, acompañada de los procedimientos adecuados podemos reducir a su mínima expresión la corrupción y fomentar la cultura de la transparencia y la rendición de cuentas, ahí están las legislaciones al respecto, pero los organismos rectores se escudan en la exculpación.

Acertar en las decisiones que se toman en los momentos cruciales y realizar las acciones de peso en el tiempo oportuno son para el ejercicio cotidiano del control de la corrupción que se debe aplicar para tener éxito en cualquiera de los ámbitos en que se muevan las buenas acciones.

Se atribuye a la corrupción el atraso en que vive el país, los problemas de educación, económicos y políticos que tenemos, pero el gobierno hadado los pasos correctos para su combate, pero la Cámara de Cuentas con esa actitud evasiva no aporta a las acciones de control y combate a la corrupción administrativa.
 

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