Juan Beltré, de San Juan de la Maguana, perdió su brazo derecho en un accidente. No así su rectitud moral. En esa circunstancia se dijo:“Yo no voy a pedir, no voy a robar, ni a hacer lo mal hecho”. Montó un negocio de ropa y zapatos. Es rico. O casi.
Empezó con una docena de panties de niñas de 25 centavos.
Su situación era crítica porque "donde no hay cuartos, los negocios no brillan".
Banca Solidaria le prestó a Juan 100 mil pesos a una tasa de 1% mensual, que es la tasa para que los pequeños negocios puedan prosperar, porque Banca Solidaria no se aprovecha de la debilidad ni de la dificultad de los emprendedores pobres para ganar dinero con ellos.
Banca Solidaria es el Banco de los Pobres del que tanto ha venido hablando Danilo Medina desde 1999 y que creó tan pronto llegó a la presidencia de la República para democratizar el crédito y con ello democratizar las oportunidades.
Práctica de Banca Solidaria ha sido acompañar con crédito y capacitación a decenas de miles de emprendedores pobres dominicanos para que puedan crecer en riqueza y empleos.
El negocio está brillando tanto que Juan se ha visto en la necesidad de contratar a dos personas, es decir, de crear dos empleos, más sus hijas que lo ayudan, en total son unas cinco personas, seis incluyendo al propio Juan, en el negocio.
"La ciencia del negocio, dice, es estar abierto temprano – a las seis de la mañana- y cerrar tarde. Trabajar y no sentarse, para que no se caiga. Al que hay que venderle bien, venderle bien y al que le falte, yo le completo".
A Juan Beltré le falta un brazo, dicen. A Juan Beltré le falta un brazo, lo podemos ver. A Juan Beltré le falta un brazo, y no se nota. A resguardo lo tiene en su temple y moral.
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