martes, 8 de noviembre de 2022

Transparencia, gestión disruptiva, y sostenibilidad económica



Por: Lic. Julio César Concepción Rodríguez, MBA

La transparencia que permite se vislumbre o perciba indirectamente, hacer visible lo que se piensa y se hace. Es una cualidad de la actividad pública, que consiste en la apertura del sector público a la divulgación de información acerca de una gestión. Legalmente la garantizada por la Ley 200-04. Sobre acceso a la información. La transparencia institucional nos pone a reflexionar en lo mejor para la institucionalidad por encima de intereses egoístas y particulares, con rectitud e integridad en el hacer, como imparcial, justo, honesto, íntegro en sí mismo y con los demás, un alto sentido de pertenencia, reconociendo errores y agenciar soluciones a tiempo, implementando medidas de prevención para evitar la corrupción. Todas las actuaciones deben estar enmarcadas dentro de la moral y principios éticos vinculados estrechamente a la transparencia. Se debe evitar confundir la lealtad con la complicidad. Es responsabilidad de todos y cada uno brindar los actos de la calidad siempre acorde con sus principios y valores.

 

Esta como instrumento reverbero disminuye significativamente las oportunidades de corrupción. Y por ende fomenta la confianza, aspecto muy necesario en estos momento de tanta incertidumbre para poder fortalecer los cimientos que soporten las acciones de recuperación. Con la transparencia como práctica  se reducen sustancialmente las condiciones que propician las conductas ilícitas en la gestión pública y privada. Esta reducción de las oportunidades de corrupción también permite aprovechar al máximo los recursos que pudieran perderse por estas indecorosas prácticas. 

La transparencia contribuye a la mejora continua administrativa. Y en tiempos de crisis global las economías pequeñas son afectadas significativamente, y ante el escrutinio social global, brinda la oportunidad de que se identifiquen áreas de mejora  cualificativas y propositivamente, de la gestión con relación a las políticas públicas no antes vistas por los diferentes sectores involucrados en el proceso. La rendición de cuentas, que supone vendrá después que los eventos de la crisis, que obligaron a múltiples gestiones de emergencias. Ahí la transparencia tiene que sobreponer  dos componentes esenciales en los que se fundamenta la democracia. Por medio a la rendición de cuentas, a la sociedad. La transparencia abre la información a la comprobación pública para que aquellos interesados puedan revisarla, analizarla, y en su caso, utilizarla como mecanismo para sancionar si fuere el caso.   

A medida que crece la economía del país, en esa misma proporción crecen también los riesgos de que puedan  llevarse a cabo los delitos económicos, como el lavado de activos. A través de mecanismo utilizado por algunas empresas ocultando el verdadero origen de la provisión del capital,  proveniente de actividades ilegítimas, tanto en moneda nacional como extranjera. Lo que alerta a estar ojo visor, ya que en una situación como la actual con la preocupación y la atención obligada centrada en buscar solución a la crisis, los perpetradores de este tipo de crímenes pudieran quererse aprovechar, de tal circunstancia pensando que es el momento  propicio para actuar.   

La ambición de obtener  ganancia rápida y en gran cantidad, en ocasiones alienta a la actividad criminal, al diseño de estructuras financieras y económicas a través de las cuales les sea posible regularizar los recursos obtenidos como consecuencia de sus actividades ilícitas, y con ello el incremento de su capacidad económica, el acceso a las esferas de poder y en todo caso el incremento de la actividad delictiva. En el campo económico, resulta claro que la escasez de liquidez para la inversión o la producción ha llevado a diversos sectores empresariales a obtener recursos sin ratificar el origen de los mismos, lo que indirectamente ha facilitado el ingreso de las organizaciones criminales en los distintos sectores económicos. Por lo que se hace necesario que las comisiones de veeduría, la sociedad civil así como los organismos fiscalizadores del estado vean con  cuidado las operaciones económicas. Los avances tecnológicos y la híper globalización han facilitado la utilización de mecanismos, que permiten identificar con certeza el origen inicuo o benigno de la  fuente de procedencia de capitales.  

Gestión disruptiva

La iniciativa disruptiva como técnica metodológica  fomenta todas aquellas decisiones comerciales sencillas, factibles y de buen diseño que generan una ruptura en las dinámicas habituales de los mercados. Es decir, debido a su impacto positivo, se convierte en  un dispositivo transformador del sector o de la industria en la que se desarrolla. Por ejemplo. La disrupción industrial requiere asumir la aplicación de cinco (5) acciones claves para la aplicación, que les permitan estimular cada vez mayor interés en emprendedores, e inversores como ruta de crecimiento transformacional en industrias existentes o para la creación de nuevos mercados  y a ejecutivos de compañías, para entender cómo funciona y llevarla a cabo con éxito:    

a) Diferenciar las innovaciones disruptivas de las sostenibles 

b) Diseñar un modelo de negocio que facilite el acceso a un producto/servicio más simple y económico a lo que existe en el mercado.

c) Entrar por el derredor del mercado, creando motivaciones asimétricas en los competidores.

d) Segmentar los clientes sobre-servidos para identificarlos. 

e) Introducir el conjunto de cualidades inherentes e inamovibles (ADN) disruptivo de la identidad de la compañía.

Llevado al mundo empresarial, un modelo de negocio disruptivo puede definirse como una nueva forma de dar valor a los clientes utilizando enfoques tecnológicos que difieren intensamente de los análogos empleados previamente por la empresa o sus competidores. Hacer una ruptura brusca, algo que ocasiona un cambio determinante.  Básicamente, es una forma de promover y potenciar una acción que pueda convertir las dificultades en oportunidades, logrando cambios positivos en el entorno.

 

La crisis global que está sobrellevando el mundo,  mantiene las economías y las actividades productivas, el ecosistema financiero, como la  espada de Damocles bajo una amenaza constante, pero debemos hacer el mejor esfuerzo para florecer en la dificultad, acción que promueve abrazar los principios de la disrupción, circularidad y la sostenibilidad económicamente  hablando. Y aprovechar las ventajas que proporcionan las innovaciones en la fase ciclo-cambiante de los procesos.

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Por muchos años el pensamiento económico ocultó en la gaveta trasera de la indiferencia, los temas claves de innovación y cambio tecnológico. Esta visión de la innovación como parte del “ceteris paribus” de la oferta, no solo generó una clara desconexión entre el oferente y el consumidor, sino que desconectó los cambios de la oferta de la dinámica del mercado. Si bien, economistas como Schumpeter lograron salirse de ese amorfo y poco real contenido de la ciencia económica, es hasta muy reciente que los economistas de las escuelas más prestigiosas, vuelven la mirada a la innovación, el cambio tecnológico y la disrupción económica, como elementos que determinan la dinámica y el bienestar económico de un país.


La disrupción es consecuencia de pensar en el sistema o ecosistema productivo y no en sus partes por separado, es mucho más ambiciosa que una simple innovación incremental. Por lo general, la disrupción, se genera como consecuencia una competencia dinámica y se piensa más desde fuera que desde dentro del esquema productivo o empresarial. Es por eso que se expresa que nada nuevo surge en medio de cosas viejas. Se atribuye entonces al pensamiento disruptivo, aquel que mira más allá de las simples dinámicas actuales y es capaz, de imaginarse un mundo, una sociedad, una economía, diferentes. Se trata entonces de una imaginación creativa de lo que puede ser y no de lo que es, se trata entonces de iniciar el diseño desde cero la organización funcional del sistema, mirando el conjunto y las partes, de forma sistémica y no lineal.

Sostenibilidad

 Las empresas micros, pequeñas y medianas (Mipymes), para el crecimiento y desarrollo económico, tienen un rol supra importante por la aportación que hacen a la economía mediante la generación de empleos, ingresos y abastecimiento de aquellos nichos de mercado no cubiertos por las grandes empresas, además de dinamizar la actividad productiva de las economías. En República Dominicana existen aproximadamente 1.5 millones de Mipymes, las cuales representan el 98% del total de empresas. Estas generan más de 2 millones de empleos en la economía, equivalente al 56.7% de la población que ocupa el mercado laboral, aportando un significativo porcentaje al Producto Interno Bruto (PIB) de un 38.6%. Por eso es fundamental que se incrementen los programas que permitan fomentar su desarrollo, traduciéndose en una mayor contribución.

La crisis de salud global más importante de los últimos 100 años, y podría entenderse como el mayor desafío social y económico que la humanidad ha enfrentado desde la Segunda Guerra Mundial.   Los efectos de la pandemia tiene el potencial de generar crisis social, económica y política, con consecuencias devastadoras para la comunidad internacional. Uno de los efectos colaterales más críticos de la crisis es que cada día las personas pierden sus empleos y fuentes de ingresos.  Ventajas que tiene el desarrollo de las Mipymes al trabajar en unión a grupos de acción voluntaria para implementar estrategias de desarrollo sostenible, que puedan minimizar tales efectos, por eso es importante impulsar su crecimiento.  


Este sector industrial/empresarial tiene una gran ventaja, pues cuenta con una alta capacidad de adaptación, flexibilidad y tienen mayor facilidad al tomar decisiones, ya que los procesos son más rápidos al ser empresas con pocos obreros. Se trata de un sector compuesto por artesanos, comerciantes, propietarios, que dinamizan la economía de las provincias. Es prudente fomentar los clúster de empresas interrelacionadas que trabajen en un mismo sector industrial y que estratégicamente colaboren entre sí para obtener beneficios comunes.


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