El Contador Público, transparencia y fortalecimiento de la confianza.
Por: Julio César Concepción Rodríguez, MBA
El Contador Público como miembro de una profesión que por principio es depositaria de confianza y transparencia, no solo está precisada a la procura de la confiabilidad de la información financiera, sino que está inmersa en un proceso que debe ser de coherencia frente a la sociedad y asume el firme compromiso de ejercerla con sustento en valores éticos y un alto sentido de responsabilidad y honestidad, con el propósito de que su desempeño sea de utilidad para la colectividad y la alimentación de información valiosa, veraz y efectiva a la Ley 200-04 de Acceso a la Información Pública.
Esta es una tarea de carácter crucial y de enorme envergadura, ya que transforma al Contador Público en un referente catalizador e impulsor de la confianza y la transparencia, consciente de la importante relevancia de realizar un ejercicio profesional libre de grietas éticas, con entrega y pasión para así establecer una plataforma de auténtico compromiso consigo mismo y con la sociedad. Por principio ético el profesional de la Contaduría Pública tiene bien definida la responsabilidad que debe tener ante la empresa y la sociedad, dar garantía de transparencia, y generar seguridad en cada uno de los procesos que lo involucran y lo hacen partícipe del acontecer diario de su vida en la participación empresarial. Por ello, debemos ver a la seguridad y la transparencia como un binomio complementario, ya que ambas están íntimamente ligadas. La transparencia como medio para conseguir un entorno de confianza dentro de las organizaciones, de gran utilidad aunque no el único para generar la confianza idónea, esta última, que se adquiere a través del tiempo que las palabras se hacen acompañar de actitudes y hechos.
La transparencia dentro de las organizaciones, como un dispositivo obligado e íntimamente ligado al compromiso y a una actitud permanente de relacionamiento entre los equipos de trabajo. Posibilita apertura, contribuye un generador de certitud, por ende fomenta la rendición de cuentas a los o entre los grupos de interés y veda significativamente la corrupción. Los apresurados cambios que se han presentado en el entorno de negocios a nivel mundial, producto de la adaptación obligada impuesta por la pandemia (Covid-19) pueden haber hecho perder una visión clara de los límites entre lo honesto y lo deshonesto, es dónde los principios morales que deben regir la conducta del Contador Público se deben poner de manifiesto, quién, ante tales circunstancias, tiene una responsabilidad por la propia naturaleza de su profesión, toda vez que, ciertamente, uno de los mayores retos que enfrenta la Contaduría Pública es consolidar su visión como barrera inabordable contra la deshonestidad, la estafa y la corrupción. Imponiendo por encima de todo su inquebrantable compromiso con la transparencia, la verdad y la honestidad de la información financiera.
La confianza, de algún modo es interacción social que fomenta y facilita las relaciones de interdependencia, es la clave auténtica para las buenas relaciones del trabajo en equipo y constituye el modo natural que los directores, gerentes y colaboradores de los diferentes departamentos emplean para superar la incertidumbre mayormente por diferencia de criterios o enfoques, que regularmente se presentan en nuestras relaciones cotidianas con los demás.
Como la confianza se adquiere a lo largo del tiempo, y a las enseñanzas con el ejemplo. Siendo convincente, persuasiva, expedita y congruente. Este es, precisamente, un tema esencial en torno al papel del Contador Público como referente, toda vez que la congruencia al actuar honesta y éticamente, tanto en lo público como en lo privado, indudablemente, contribuye a fortalecer a la profesión como depositaria de la confianza y la transparencia. La actuación ética, que un profesional ha cimentado sobre los principios correctos en sus decisiones lo manifiesta en todo momento y en toda situación, no se puede caer en la incongruencia de promocionar la justicia, el buen actuar, la honradez y el buen juicio, si saliendo del ámbito laboral hace todo lo contrario.
El Contador Público debe hacer lo correcto siempre, no solo cuando está frente al escrutinio público. Hacerlo en privado, cuando nadie lo ve, cuando no tiene que quedar bien con nadie más que con él mismo, es lo más difícil y también lo más valioso. Sin embargo, no podemos ignorar que el ser humano puede sentir la tentación de actuar en contra de su voz interior, sobre todo si nadie lo ve. Y es en ese preciso momento cuando los valores del profesional de la Contaduría Pública, se ponen a prueba realmente, cuando resiste la tentación y proteger la integridad con todas sus fuerzas y no sucumbe ante esta. Vivir congruente y éticamente va más allá de prestar un servicio, es una forma de ser y demuestra que el respeto a la normatividad y a los demás es una parte integral de la vida del Contador Público, significa que la ética forma parte de su esencia. Este debe ser el ideal de cada profesional.
Esta profesión con su ejercicio confirma que es capaz de ser soporte de la sociedad, de defender el interés público y de proteger la confidencialidad de sus clientes. Con su actuación se ratifica que es una profesión que esta en toda capacidad de poner en los más altos estándares la confianza de la sociedad y la de sus clientes, porque al ejercerla con apego a los principios éticos la enaltece y fortalece cada día. Esto significa, entre otros aspectos, que defender la confidencialidad nunca ha sido para los Contadores Públicos lugar de amparo o protección ante la falta de transparencia y/o corrupción, y que con su trabajo y desempeño honran la confianza que les ha sido conferida como disciplina profesional (Fe Pública).
En muchos casos los Contadores Públicos se convierten en héroes anónimos, ya que en el cumplimiento estricto de su labor profesional, actúan con ética, honestidad y disciplina, y evitan actos de corrupción /o deshonestidad. Esas acciones de integridad son para ellos acciones comunes y se aseguran que su propia conducta refleje un inquebrantable compromiso hacia la verdad y hacia la honestidad de la información financiera. El Contador Público debe ser y de hecho lo es un promotor de la transparencia y la confianza en cada acto de su ejercicio profesional. Esa es su esencia por principio.
Es la Red Global de Conocimientos en Contabilidad y Control Interno que le permite a los Contadores, tener acceso a nuevas e innovadoras metodologías de trabajo fundamentadas en buenas prácticas internacionales, entrenamiento en línea, modelos de políticas, herramientas para la gestión de riesgos, entre otras. Permitiendo mejorar las prácticas de trabajo, ahorrando tiempo, creando y protegiendo valor en las organizaciones. Es recomendable que los organismos oficiales vayan desempolvando las legislaciones adjunto a sus modificaciones, que hablan de la profesionalización de los diferentes ministerios. Y muy importante dar inicio a la brevedad a la aplicación de la contabilidad forense en los departamentos de contabilidad de todos los ministerios, esta será un dispositivo de prevención que disminuirá significativamente las operaciones financieras perversas.
