Por: Lic. Julio César Concepción Rodríguez, MBA.,
Mail:jcconcepcion@yahoo.com
La devaluación que ha llevado a cabo China de su divisa, el yuan, hay que
recordar que la política monetaria por sí sola no basta para
garantizar un crecimiento equilibrado y debe complementarse con reformas
estructurales, esta cogió por sorpresa a los mercados mundiales y también a los analistas, que
se preguntan qué puede significar esta medida. Probablemente, los líderes de
Pekín también se estén haciendo esta misma pregunta.
Las autoridades monetarias de China decidieron rebajar el valor del yuan
frente al dólar en un 1,9%, su mayor movimiento en años. ¿Se trata de una
liberalización del sistema monetario, un paso para estimular la economía china
o podría pensarse que se trata del inicio de una guerra de divisas? Según
Bloomberg, es una combinación de las dos primeras.
La presión del mercado, propiciada por las fugas de capitales y la ralentización (es la
acción que permite lograr que algo se vuelva más lento o se desarrolle con
menor rapidez), las exportaciones chinas, ha presionado el yuan a la baja dentro del rango
permitido. Bloomberg, confirma que el
recorte es cercano al 2% que se ha estado produciendo y que no ha hecho sino más
que acomodarse a la preferencia del mercado por un yuan más barato. Esta
devaluación es una forma de estímulo económico que busca promocionar las
exportaciones chinas y hace las importaciones más caras.
El ajuste, que lo viene haciendo con periodicidad diaria tendrá en cuenta
el cierre del día anterior, sugiriendo una aproximación más orientada al
mercado en el sistema para fijar el cambio del yuan. Según Bloomberg, que le
viene dando estricto seguimiento dice que
esto es algo que ha sido demandado desde el exterior, principalmente
desde el Fondo Monetario Internacional (FMI). El organismo está en
conversaciones con el Gobierno chino para incluir el yuan como parte de su
divisa oficial internacional.
El Ejecutivo de Pekín quiere que el yuan forme parte del sistema como una
afirmación de que China forma parte de la dirección de la economía mundial. Al
mismo tiempo, esta devaluación es una forma de estímulo económico que
promociona las exportaciones chinas y hace las importaciones más caras. Los
socios comerciales de China tienen que lidiar con una devaluación que es menos
beneficiosa para ellos, aunque en principios no tienen grandes razones para
preocuparse.
El analista de Société Générale Albert Edwards es uno de los que
anticiparon la medida del Banco Popular de China que cogió desprevenidos a los
inversores. Edwards ha advertido de que "esto es sólo el principio. Los
inversores deben prepararse para una ola de deflación en Asia”. Por su parte,
desde la agencia Standard & Poor's (S&P), defienden una postura
totalmente diferente: "La decisión sorpresa de China tiene sentido
económico y no es el comienzo de una 'guerra de divisas' o un intento de
impulsar el crecimiento". “En cualquier caso, la conclusión de Edwards es
preocupante, ya que espera "que la aceleración de las devaluaciones en los
mercados emergentes envíe olas de deflación a Occidente y afecte a la
rentabilidad de las empresas y termine provocando una recesión". Un
interés mal sano y desleal en todo este esquema.
El yuan ha continuado devaluándose, logrando la mayor caída entre las
divisas asiáticas desde 2008 y alimentando las preocupaciones de que la
volatilidad del mercado financiero frenará el crecimiento de la economía
global. El yuan ha caído un 1%, a pesar de que el Banco Popular de China ha
intervenido para frenar las caídas después de que cayera un 1,6%. Esta
agitación ha afectado también a las bolsas europeas, que retroceden a mínimos
de un mes. “China es un gran motor de crecimiento en el mundo, así que hay
cierto riesgo para el crecimiento global”, señala Otto Waser, director de
inversión de R&A Research & Asset Management, en declaraciones a
Bloomberg. “Si la economía mundial resulta ser débil, la Fed mantendrá la vista
en el dólar”.
¿Cómo la devaluación del yuan chino puede
afectar a Estados Unidos?
Los inversores
de todo el mundo han estado obsesionados con la fecha en que la Reserva Federal
de Estados Unidos pondrá fin a la era de los tipos de interés cercanos a cero,
ahora que la economía del país vuelve a funcionar casi normalmente.
Pero
tal vez estuviesen buscando en el lugar incorrecto, en lo que a la importancia
para los flujos de capital transfronterizos y la actividad económica se
refiere. Porque lo que tendrá
consecuencias y ramificaciones globales a corto, mediano y largo plazo es la
decisión del Banco Popular de China de devaluar el yuan un 1,9% y un 1,62% en días consecutivos. La
consecuencia inmediata es que la decisión aumentará la competitividad de las
exportaciones chinas en un momento en que su economía está creciendo a su ritmo
más lento en los últimos seis (6) años, y cuando muchos economistas temen que
la desaceleración sea mucho más dolorosa y aguda.
Exportando
deflación
Y
por todo el estímulo para el crecimiento económico chino que puede suponer (facilita que China venda sus productos a
otros países), esta
devaluación vuelve a despertar los temores de que el gobierno de Pekín está aún
muy lejos de haber logrado reconfigurar la economía para tener un crecimiento
más equilibrado y basado en el propio consumo de los chinos.
Otra
consecuencia es que el debilitamiento del yuan pondrá a la Reserva Federal
estadounidense (FED) en el foco de todas las miradas. En efecto, China está exportando deflación a EE.UU (provocando caída de los precios) y algunos se
atreverán a argumentar que la FED debería encontrar una manera elegante de
alejarse de sus recientes señales de advertencia de que a partir del mes de septiembre
de los corrientes se verá la primera subida de tipos desde que estallase la
crisis en 2008. O por decirlo de otro modo, en términos de los fabricantes y
exportadores de EE.UU, Pekín
ha hecho el ajuste monetario que podría decirse que necesita la economía
estadounidense.
En cuanto a las
consecuencias a mediano plazo, China
despertará una vez más la preocupación de que se dedica a la competencia
comercial desleal. Los
candidatos presidenciales de EE.UU, especialmente en el bando republicano, se
quejarán más sobre el intento de China por reconstruir su cuota de mercado de
exportaciones, que de preocuparse por las implicaciones de su, aparentemente
imparable, desaceleración. Todo p
A más largo plazo, no está claro si la devaluación
hará retroceder las ambiciones de China para que el yuan se convierta en una moneda reserva, según la denominación del Fondo Monetario
Internacional (FMI), es decir, una moneda que utilicen los gobiernos para
acumularla por seguridad y fijar los precios de los productos en los mercados
internacionales.
Los
economistas del FMI y los banqueros centrales, quienes adjudican el estatus de
moneda reserva, toman en cuenta si un banco central fuerza devaluaciones y
revaluaciones de un modo que distorsiona el funcionamiento del mercado libre. China a través de su
Banco Popular, argumenta que al debilitar el yuan repentinamente también se
está moviendo la tasa de cambio determinada por el mercado.
Y
eso puede ser así, en el sentido de que en las últimas semanas toda la presión
del mercado sobre el yuan ha sido a la baja, debido al lamentable hecho de que
los defectos de la economía de China se han vuelto más y más evidentes.
Distintos analistas han alertado de que la depreciación de la moneda china
repercutirá de forma negativa en las exportaciones europeas
A principios de
verano, cuando la Bolsa china se
desplomó un 50% en cuatro semanas, Europa mira
con preocupación a Oriente estos días. Después de que el Banco Central chino
haya depreciado el yuan durante tres jornadas consecutivas, numerosos
analistas han analizado las consecuencias que la devaluación de la moneda
asiática podría generar en la economía europea. Por el momento, la
inestabilidad ha regresado en los mercados, que han registrado importantes
pérdidas. El Gobierno chino se justifica asegurando
que la medida servirá para impulsar las exportaciones asiáticas pero, ¿qué supondrá un yuan más débil para la economía del viejo continente?
Fuentes: Bolsamanía,
http://www.abc.es/ Wall Street.
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