viernes, 24 de enero de 2025

Ingenio Angelina: Cuna de la industrialización de San Pedro de Macorís, donde solo queda su chimenea convertida en ruinas como testigo de lo que fue ese central azucarero

 


Jesús Sánchez 

San Pedro de Macorís 


La comunidad de Angelina fue testigo del inicio de la industrialización de la caña de azúcar en la región oriental de la República Dominicana, con la construcción del primer central azucarero moderno, el Ingenio Angelina, inaugurado el 9 de enero de 1879. Este histórico lugar, que conmemora 146 años desde su primera zafra, marcó el punto de partida para el desarrollo económico y social de San Pedro de Macorís y su conversión en uno de los principales polos azucareros del país.







El Ingenio Angelina fue fundado por el empresario cubano Juan Amechazurra, quien llegó a la isla tras huir de la Guerra de Independencia de Cuba (1868-1878). Al instalarse en la región oriental, Amechazurra percibió el potencial agrícola de las tierras y decidió establecer un ingenio moderno en lo que entonces se conocía como “El Higo”. Para ello, importó maquinaria desde Cuba y asumió préstamos significativos, enfrentándose a desafíos económicos que retrasaron la inauguración hasta 1879, tres años después de haber completado la construcción.

La primera zafra y el impacto en la región

Según nos cuenta Jhonny Ruiz, un residente en la comunidad y quien se ha dedicado a recolectar informaciones de lo que fue ese ingenio, la primera zafra del Ingenio Angelina fue un hito en la historia azucarera del país, pues introdujo la producción industrializada del azúcar, en contraste con los métodos artesanales utilizados en los trapiches de la época. Este avance no solo transformó la economía local, sino que también sentó las bases para el desarrollo de la infraestructura y la atracción de inversión extranjera.

Sin embargo, el proyecto enfrentó dificultades económicas desde sus inicios. Tras la primera zafra, el ingenio fue vendido a diferentes propietarios, incluyendo a Lorenzo Guridi y, posteriormente, a Juan Bautista Vicini, quien lo adquirió a un precio significativamente reducido. A pesar de sus aportes al progreso regional, el ingenio cerró sus operaciones en 1981, dejando a la comunidad de Angelina en una situación de vulnerabilidad económica y social.

 

Angelina tras el cierre del ingenio

Ruiz, sostuvo que el cierre del Ingenio Angelina tuvo un impacto devastador en la comunidad. Miles de trabajadores perdieron sus empleos, obligando a muchos a emigrar en busca de oportunidades en otros ingenios o en diferentes sectores económicos. Angelina, una vez vibrante gracias a la actividad azucarera, se enfrentó a un proceso de declive en los servicios básicos y la infraestructura.

 

Actualmente, la comunidad alberga a unas 6,000 personas que sobreviven entre la informalidad y la falta de planificación urbana. Los servicios de agua y electricidad son irregulares, la recogida de basura es deficiente y la educación enfrenta múltiples desafíos. Aunque en años anteriores se planteó la posibilidad de convertir las ruinas del ingenio en un museo, este proyecto nunca se concretó.

 

Legado y desafíos actuales

A pesar de los años de abandono, las ruinas del Ingenio Angelina aún se erigen como testigos de un pasado que transformó a San Pedro de Macorís en un centro industrial. Sin embargo, los residentes lamentan la falta de iniciativas para preservar este patrimonio histórico y para reactivar el desarrollo económico de la comunidad.

“Dentro de los planes que tengo es que en ese plazoleta que está en frente de donde operó el ingenio se construya un parque y colocar un busto de Juan Amechazurra, como homenaje a esa iniciativa” sostuvo Ruiz.


Fuente El Tiempo 

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